Las tarjetas de presentaciones han sido durante muchos años la puerta de entrada de muchas empresas, se entregaban con un gran apretón de manos, unas buenas palabras y una sonrisa de anuncio. Las letras no eran determinantes, primaba más la actitud del dueño o del comercial que realizará la presentación. Actualmente esta dinámica ha cambiado, si no poseemos una buena imagen nunca nos darán la oportunidad de expresarnos, tenemos que conseguir atraer a los posibles clientes con solo una simple mirada. Una imagen pasa por seguir unas claves imprescindibles antes de iniciar cualquier puesta en escena a nivel de redes sociales o de internet, uno de los primeros lugares donde los potenciales clientes pueden encontrarnos. Por lo tanto, nuestra marca corporativa será nuestra tarjeta de presentación, si esta no resulta atrayente estaremos al margen de muchísimas oportunidades.
El engagement es el anglicismo que se utiliza para sintetizar la relación que se produce entre el cliente y la empresa. Ese feedback necesario que se debe producir en toda transacción siendo beneficioso para ambas partes. Se debe opinar sobre la experiencia y en nuestras manos está el tener una opinión positiva o negativa. La gestión con los clientes es uno de los elementos más destacables de cualquier empresa, el pilar básico y principal. En el mercado actual existen herramientas que nos permiten mejorar estas relaciones y permiten tener una relación más estrecha que evita ciertas críticas o minimiza las mismas. Los software de gestión de clientes, por ejemplo, son una herramienta básica. No solo son necesarios para poder tener una mejor organización de los datos de los mismos, sino que también nos permite tener una relación directa y muy especifica. Si conocemos de primera mano sus necesidades podemos servir unos productos más adecuados y de mayor impacto. En la era de las nuevas tecnologías la interacción que se produce es de forma inmediata sin ningún filtro posible, con lo cual el control directo o una correcta gestión de este valor absoluto es determinante para el éxito o fracaso de nuestro negocio.
Por estos motivos mejorar la confianza en nuestra marca que debe ser como hemos visto una creación muy premeditada y visible, además de plasmar a simple vista nuestras principales cualidades, pasa por cuidar especialmente a los clientes. Este aspecto nos permitirá fidelizar y obtener más beneficios de una inversión necesaria: Las herramientas necesarias para mantener y afianzar la relación con nuestros clientes. Una rápida reacción será una de las principales claves para evitar posibles irregularidades y tener una mejor opinión reflejada a través de la las respuestas en redes sociales o en internet que podemos encontrar. En los buscadores está la posibilidad de cambiar gran parte de nuestro destino, unido a la capacidad de dotar al negocio de las soluciones empresariales a su alcance.